domingo, julio 20, 2014

Ascensión al Pico Almonga 2014

   

 
   Llega el verano y con el mis citas atléticas en la Montaña Palentina y sin prepararla demasiado, este año me he adelantado y echándome la manta a la cabeza me he atrevido con una nueva cita en la zona, la Ascensión al Pico Almonga en Cervera de Pisuerga.

    Solo a última hora me decido a viajar, gracias a que mi sobrino se viene conmigo y conduce la mitad del camino, llegando así más o menos justo, pero descansado y con tiempo para calentar.

 
        Lo que en principio se presentaba como un cross más, ha acabado siendo un trail demasiado duro para lo acostumbrado, pero precioso por el recorrido y la ascensión por los bosques que rodean toda la montaña. Lo peor ha sido el descenso y es que a parte de lo pronunciado del mismo, es demasiado peligroso y no es mi costumbre jugarme el físico compitiendo, un simple cambio completando el recorrido al revés, habría incluso endurecido la carrera, pero permitido al menos correr en el descenso y estar "entero" al día siguiente.



      Nada más llegar a la salida y recoger el dorsal, veo a mi padre, hermanos, amigos..., hoy si que corro en casa y pensaba darlo todo....o casi.

   Si tiempo para más salimos, el ritmo fuerte, como siempre vamos, consigo mantenerme entre el grupo de cabeza el primer km, parte del cual ya discurre en cuesta y entrando en el bosque de robles, es en este momento cuando veo que el nuevo pantalón del equipo se ha roto y le pongo una imperdible para no correr el riesgo de llegar en calzon.....


 
   Las cuestas por prados y sendas se van sucediendo y adelanto posiciones, aunque pronto se ve que tres o cuatro corredores de cabeza se escapan, y que una decena más o menos seguimos currándonos un ascenso que cada vez se pone más duro, sobre todo al entrar en el hayedo y las sendas que subían ya directamente a la cima.
   Poco a poco subo un par de posiciones más, aunque la mayor parte del tiempo hacemos el ascenso andando y solo corremos en las pocas ocasiones que el recorrido lo permite (como añoro ahora la única pendiente del Cross de los Vientos), aquí no hay tiempo para recuperar fuerzas, pero posición a posición me encuentro ya en el trío que persigue a los escapados.

    Al final vemos la cima, toca avituallamiento y hacer un poco de recorrido en la cumbre. Las vistas son maravillosas y lo poco que lo permiten las peligrosas pisadas, la vista disfruta del momento. Un detalle que la organización también estuviera allí.





 

















   A partir de ahí, paso por la cima y descenso rápido hasta el valle..., rápido solo cien metros, ya que me tuerzo el tobillo drch. y aunque noto que me permite correr, el miedo es libre y bajo el ritmo.

    Me la jugaba casi en cada pisada y me era imposible dar zancadas amplias, teniendo que descender a pasos cortos y medidos que fueron cargando la musculatura de ambas piernas encima de la rodilla y que tras unos días sigue sin dejarme bajar las escaleras sin acordarme a cada paso.

    Al final llegamos a Ruesga y alcanzo a los dos corredores que me pasaron descendiendo y volvemos a correr ya juntos hasta la meta, intercambiando continuamente las posiciones y entrando en Cervera desde la parte más alta y bajando por las calles, ahora si, a un ritmo más decente.

    Pasamos por la plaza ya con las posiciones claras y con tiempo para disfrutar de las terrazas llenas y tantos amigos y familiares esperando, pocas ocasiones he sentido lo mismo que en esta meta y el maratón de Madrid y la San Silvestre Vallecana en el estadio del Rayo, han sido siempre los testigos de ellas.

    Al final sorpresa y 5º absoluto (en veteranos no compito por 6 meses....otro año será), los escapados llegan más tarde por equivocar el último cruce en el recorrido, una pena, pero les sobra calidad para ganar muchas carreras y es que me ha sorprendido como vuelan donde el resto andamos.


    Entrada en meta en medio de más público del esperado y después a disfrutar de media hora de charla cobre la carrera, esperar a mi cuñado que completaba un carrerón tras muy poco tiempo corriendo...

   La organización, un 10 y es que no encuentro un pero que poner. Por momentos parecía el Maratón de Madrid por la cantidad de voluntarios, comprobación de dorsales en varias zonas de la carreras, avituallamiento líquido en la misma cima y otro lugar más, zonas de masaje, bolsa a cada corredor...

   Lo malo es que debí de tener un corte de digestión tras la carrera (creo que por meter las piernas en agua fría en una zona puesta a tal efecto) y tras la ducha me sentí mal, perdiéndome la entrega de premios al comienzo de la verbena festiva que ponía final a la jornada. Las terrazas de la plaza, las cañas....quedan pendientes para otra ocasión.

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